18.2.08

X INFLUYE EN Z

Argumentaremos fundados en la hipótesis de ke X habría ejercido sobre el espiritu de Z de una manera cualquiera, una influencia que habría conducido a ésta al asesinato de su hija.

X perteneces a un medio poco homogéneo y socialmente mal establecido. Hijo ilegítimo, fue criado por su madre, sólo fue reconocido muy tardíamente por su padre y conoció entonces a sus medios hermanos, sin que pudiera generarse una verdadera cohesión familiar. Tanto más cuanto que, muerto el padre, volvió a verse solo con su madre, mujer de condición bastante turbia. Pese a todo, estaba destinado a cursar estudios secundarios y sus orígenes pudieron pesar un poco sobre su orgullo natural.

Los seres de su especie, en suma, nunca se sienten muy bien asimilados al mundo al que llegaron; de allí su culto a la paradoja y de todo lo que genera desorden.

En un ambiente de ideas un tanto revolucionarias (en 1955), se sienten menos desterrados que en un medio y una filosofía envarados. Es la historia de todas las reformas intelectuales de todos los cenáculos; la deSaint Germain des Pres, el existemncialismo, etc. En todos los movimientos puede surgir personalidades verdaderamentes fuertes, principalmente si conservaron cierto sentido de la adaptación.

Detal modo, pueden alcanzarcelebridad y fundar una escuela estable. Pero mucho son in capaces de elecvarse por encima de la mediocridad y procuran atraer la tención mediante extravagancias vestimentarias o bien por actos extraordinarios. Se reconocen en ellos el alcibiadismo (el nombre de Alcibíades se utilizó a menudo como sinónimo de “una persona cuyo carácter reúne grandes cualidades y numerosos defectos”) y el erostratismo (En referencia al ejemplo del incendio del templo de Diana de Éfeso por parte de Eróstrato; se creó el término para designar la asociación de la malignidad con la amoralidad y la vanidad en los débiles, ycaracterizar el tipo de atentados resultantes de esas dispocisiones mentales”).

Desde luego, ya no le cortan la cola a sus perros ni queman el templo de Éfeso, pero a veces se dejan corromper por el odio a la moral burguesa, al extremo de renegar sus leyes y llegar hasta el crímen para inflar su personalidad, tanto más cuanto ésta es originalmente más insustancial. Naturalmente, hay en todo esto cierta dosis de bovarismo, ese poder otorgado al hombre de concebirse distinto de lo que es, sobre todo más bello y grande que al natural. Por eso X pudo imaginarse como un superhombre. Lo curioso es que haya resistido la influencia militar Él mismo decía que el paso por el ejército formaba el carácter. Parece, no obstante, que el uniforme no normalizó mucho la actitud de X. Siempre le urgía dejar el ejército para dedicarse a sus calaveradas.

Otro rasgo sicológico de X, aparte del bovarismo, el erostratismo y el alcibiadismo, es el donjuanismo. Pasaba literalmente todas sus horas de libertad coleccionando amantes, en general fáciles como la joven Z. Después con una verdadera falta de gusto, les dirigía la palabra que, en general, a causa de su instrucción primaria, aquellas no esdtaban en condiciones de comprender. Le gustaba desarrollar frente a ellas paradojas “enormes” que algunas escuchaban con la boca abierta y otras distraídamente.

Así como una cultura demasiado precoz para su estado mundano e intelectual había sido poco favorable para X, la joven Z pudo pisarles los talones, de manera a la vez caricaturesca y trágica. Retrata de un nuevo grado inferior de bovarismo.

Ella tomó afición de las paradojas de X, que en cierto modo la intoxicaron. Le parecía que él alcanzaba un plano intelectual superior. X hablaba de la necesidad de que una pareja hiciera en común cosas extraordinarias para crearse un vínculo indisoluble: matar por ejemplo a un chofer de taxi; eliminar a un niño por nada o para probarse la capacidad de decisión. Y la joven Z decidió matar a Catherine

Ësa es al menos la tesis de esta muchacha. Si bien X no lo acepta por completo, por lo menos no la rechaza del todo, ya que admite haber desarrollado frente a ella, acaso imprudentemente, las paradojas de las que la joven, carente de espíritu crítico, pudo hacer una regla de acción. Así, sin tomar partido acerca de la realidad y el grado de culpabilidad de X, podemos comprender de qué manera pudo ser perniciosa su influencia sobre Z. Si X no desarrolló simplemente delante de Z de manera imprudente teorías demasiado complicadas para ella, si la empujó intencionalmente al asesinato de la niña, sea para liberarse eventualmente de ésta, sea para probarse su poder de persuasión, sea como un juego perverso como don Juan en la escena del pobre.



(by el señor Fucó)

2 comentarios:

Emma Dangers dijo...

Fucó

ZZZzZzZZZzzzzZzZzzzZZZz

Anónimo dijo...

mmm, yo pense que era un caso que estbas viendo de donde trabajas...
tukota